Buenos Aires Fugaz

“Cuando se ha puesto una vez el pie del otro lado
Y se puede sin embargo volver,
Ya nunca mas se pisara como antes
Y poco a poco se ira pisando de este lado el otro lado”
Fragmento de “Poesia Vertical 7- Roberto Juarroz


Once meses son casi un año. Mucho y poco. Mucho para estar lejos de casa, y poco para estar en un nuevo lugar. A semanas de cumplir cuatro estaciones, me hice un hueco para visitar mi Buenos Aires querido.
Con mas preguntas que el carrera de mentes, llene la mochila de dulce, chocolate y cerveza para llevar.

¿Con qué me encontraré alla?¿Cómo estarán mis perros? ¿Mi gata estará grande? ¿Ituzaingó seguirá siendo igual? ¿Alguien me vendrá a ver?  ¿Habrá mucha humedad?

Las WH questions en una mano y el boarding pass en la otra (mirá como me hago la spanglish), me acerque para el embarque y me acorde cuanto amo viajar en avión. Ya sé que son dos horas, pero me deje cuatro libros a mano. Alguna vez leí que los libros matizan las esperas y acortan las distancias, se ve que tenia ganas de recortar la pampa y suturar Buenos Aires a Bariloche.

Con la cabeza pegada a la ventanilla siento la fuerza del despegue, sin poder yo despegarme de mi manía de que todo sea describible (y escribible) traté de ponerle nombre a la sensación de subir, de alcanzar las nubes. El cielo es el lugar en donde duermen los sueños, es por eso que los soñadores le tememos mas al apego que al despegue.
 Volé una hora de volcanes pinchando las nubes bajas del otoño. Oasis de tierra en el algodón me permitían imaginarme dónde estaba. En este vuelo anoté sobrevolar la cordillera en mi lista de sueños próximos, reafirmé mi amor por los kilómetros y noté que no olvidé todas las clases de geografia de la profe Gladys Aeschlimann ni de Omahen (¡Tampoco sus nombres!): La meseta patagonica, terminando abruptamente en acantilados en las costas, es tal cual me la contaron allá por octavo grado mientras hacia un poquito de lío con mis secuaces.
Dos horas y ocho minutos después, me recibieron 22 grados, como mil millones porciento de humedad (Bueno no sé si existe eso) y les debo el número de mosquitos que por suerte no me pican, si no hubiese quedado como el bichito de un ojo de Lilo y Stitch.

Mi lado actoral se llevo el premio cuando mi mamá me preguntaba como había amanecido y yo le llorizqueaba lluvias en mensajes, cuando en realidad estaba cocinandome al vapor mientras esperaba descender del avión en aeroparque.

 Ver las caras de mis amigos esperándome salir no tiene precio. Nunca voy a cansarme de decir que lo más sincero en el mundo son los abrazos de aeropuerto.
Ya en el auto volvimos a ser los de siempre. La complicidad de los años no se quita, ni con las distancias.
Me llamaron la atención la cantidad de autos, lo alto de los edificios y todos los carteles publicitarios. ¡Y sólo me ausente once meses! 
Con razón las personas criadas en otro lado pisan Capital y se horrorizan. 
Había olvidado lo que era transitar un hormiguero de concreto todos los días. En cemento no se termina nunca... donde termina una casa se hace vereda, que deviene en calle, vereda y edificio otra vez.


Fueron cuatro días cortos pero suficientes para darme cuenta de que:
  •          En la casa de mis papas ya no se donde están las cosas.
  •          Mi pieza fue usurpada por un ser con cara de chancho rosa que dice ser mi hermana.
  •          Mis amo a mis perros pero me olvide de lo que era esa manada ladrando.
  •          Mi cama ya no es mi cama
  •          Dos horas no son nada
  •     No extraño la humedad
  •       Tomé la mejor decisión de todas

Esta visita express me sirvió para deshacerme de mis dudas sobre vivir acá, lo loco es que aun extrañando horrores Baires, cuando llegaba la noche tenía ganas de ir a MI casa. En los bares y boliches me sentí un gato asustado y no entendía nada de toda la gente que hay por todos lados.

Me convertí en un hibrido raro... muy bonaerense para Bariloche y muy barilocheada para la ciudad. Lo bueno es que reafirme que elegí el mejor campamento base del mundo.
No puedo negar que extraño horrores llegar a casa y tener a mi papa haciendo asado en el quincho, a mi mamá retando a Chubaca por ser denso, y Chubaca retando a Yuli por saltar desesperadamente. A mi hermana usando mi ropa y dejándola sucia por ahí. A mis abuelos echándose la culpa uno al otro vaya a saber uno por que rezongan tanto!
A mi abuela contándome de las chicas de aquagym y algún que otro chisme de su edificio. Porque tengo ganas de salir del trabajo y que alguien me espere para matear. Las ausencias cotidianas se tornan insoportables los días de lluvia torrencial y me tomaría el primer avión solo para comer tortas fritas, ver a mi gata o tomar un fernet en el taller.

Foto tomada por Marce Muñoz.
Gran fotógrafo, gran amigo y próximamente gran padre!
Hay días que me invade la esperanza psicopata de que todos vengan a vivirse acá conmigo pero no, la que eligió esto soy yo, fui libre de decidir y la libertad a veces duele, porque quien es libre normalmente camina solo con su tosudez. Los que nacemos con alma inquieta no podemos ser encerrados, va contra nuestra naturaleza traicionarnos a nosotros mismos en nombre de la paz exterior o la estabilidad.
Porque es difícil, pero ya no imagino mi vida de otra manera. 
Esta es mi casa y no la cambio por nada. Con sus fallas, creánme que son muchas, y sus dificultades, amo mi nueva ciudad y hasta colmarla de mis ganas no voy a parar.


“Hay que ponerle pruebas al infinito para ver si resiste”

Poesía vertical 22.

P.D: Omara está más hermosa que nunca.

Comentarios

  1. Anónimo6/6/17

    Hola pibuchi!
    Llegué al blog por esos viajes entre redes sociales (?). Me tomé el tiempo de leer sobre tu llegada, tu felicidad tan contagiosa, la cerveza , el desarraigo y el paso fugaz por bs as, ese que tanto me preocupa (por eso de los afectos, vió?).
    Debo agradecer que haya personas como vos (debo nombrar a Luisa Peluffo también) que nos ayudan a entender un poco de que va la cosa, porque la esencia está, lo que asusta es la cotidianeidad de los días fuera del deseo, es decir, instalados, viviendo allí. De todos modos poco tendrá que ver con mi decisión ya esta tomada aunque ayuda mucho a disfrutar de los días que restan, lindos entre amigos y familia y los no tan lindos, dándonos algo más de paciencia.
    Será no se por qué pero hace 5 años vengo planeando mi viaje allí (definitivo). Iré este invierno a encontrarme con la nieve por primera vez y a hacer las últimas averiguaciones, la edad apremia y los ejemplos también.
    ¡Saludos y felicitaciones!

    G.N.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

¿Qué te pareció este post?

Entradas populares